Fue en julio que Luz Devora llegó al mundo luego de que un año atrás alimentaran nuestra espera al sacar El Alphabiotista que forma parte de este álbum, y después de los tres años que pasaron para poder tener un nuevo material de larga duración de esta banda poblana que nos facilita múltiples catarsis y que ha trasladado esta fascinación estruendosa a otros continentes.
Joliette, además de ser una banda que genera intensas palpitaciones por medio de su música y sus imperdibles shows en vivo, son una banda mexicana que ha arraigado naturalmente y con fuerza, el término de ‘banda independiente’, pues sin afán de alcanzar el estereotipado éxito y con el móvil de la creación musical y la expresión, han hecho de la autogestión un día a día que los ha llevado a propagar su obra por distintos lugares de México y del mundo.
Con motivo de su visita a León este jueves 19 de septiembre, entrevisté a Fernando Obregón, vocalista y guitarrista de la banda, sobre estos dos aspectos que divido empezando por hablar de su más reciente creación y continuando con un montón de datos que reflejan la situación de la ‘escena’ en distintas partes del globo terráqueo y el ‘éxito’ que una banda independiente puede lograr.
Luz Devora: El sonido del post-todo
Para comenzar a hablar de este nuevo álbum que marca una fase especial de Joliette, habrá que imaginarse en un lugar cavernoso de aire denso y sofocante donde el oxígeno es escaso; una descripción que Fernando dio al preguntarle cómo sería Luz Devora si fuese un lugar, y que guarda total relación con su portada, su producción tan cruda y su larga duración.

Para Fernando, en cuanto a contenido lírico, este es el disco más personal y honesto que ha escrito pues se elaboró en momentos no muy buenos, al menos para él, por lo que muestra un paisaje de ansiedad, depresión, pérdida, duelo, miedo a la muerte, dudas existenciales en el plano terrenal y espiritual, que han emergido de las vivencias que el convertirse en una banda activa, 6 años atrás, trajo consigo; como las relaciones personales y amorosas de cada uno en la banda y el deterioro de relaciones familiares, así como el estar constantemente alejado de su zona de confort y que esta zona de confort se convierta en permanecer de gira todo el tiempo hasta el punto de sentirte agotado mental y emocionalmente. Una crisis de identidad impregnada en la lírica.
“… sí es un disco de mucha frustración en comparación con nuestro primer álbum que es Principia. Las letras son también muy dubitativas y todo pero como que mantiene una línea un poquito más positiva y este disco es mucho más negativo y mucho más de resignación, sin embargo, creo que hoy en día estamos más convencidos (de lo que estábamos hace 5 o 6 años) de lo que somos, de dónde queremos estar y lo que queremos hacer, entonces para mí fue como… bueno, cada disco es una catarsis ¿sabes?, y pues para mí este disco fue una muy fuerte. Fue desahogar muchísimas cosas que había estado viviendo durante los últimos años y utilicé este disco como vehículo para ese desahogo.”
Como toda banda, existen influencias musicales que van cambiando gradualmente a la par de ellos y sus gustos, no obstante, existe una esencia que se refleja en la ausencia de cambios drásticos de un álbum a otro. Aquellos ecos que permanecen son los Deftones, Mars Volta, Glassjaw, etc. y otros no tan notorios como Sonic Youth y Fugazi. Y sí, hay elementos de estos que Joliette incorpora en su sonido, sin embargo, uno de sus designios es dar un giro, sin buscar sonar como algo en específico ni ajustarse a un molde.
“Hacemos lo que nos haga sentir cómodos musicalmente y pues lo que salga, como salga ¿ya sabes? Como que no ponemos ninguna barrera ni hacemos las canciones pensando que tienen que tener una parte de cierta forma ni nada. Simplemente es componer a través de la emoción y de lo que se nos ocurra en ese momento; tratar de hacerlo orgánico, sea o no, intentar de hacerlo orgánico.”
Considero irrefutable la existencia de la mencionada esencia que nos ha mantenido apegados al proyecto en conjunto con la riqueza de sus variaciones que como bien ha dicho Fernando, han ido de algo pesado a algo melódico y en esta ocasión, con Luz Devora, a algo más apegado a lo experimental, asunto por el cual es puntual decir que musicalmente es el más complejo y completo de todos, y Atáxico lo es en el aspecto técnico.
Parte de la complejidad del álbum es su dinamismo; en cada canción se concibe un mundo distinto e incluso es advertible que la primera parte va hacia una línea y la segunda hacia otra, resultado victorioso del atrevimiento de lanzar al sartén todas sus predilecciones del hardcore, punk, screemo, post metal, post rock y la búsqueda de darle sentido a esa oportuna miscelánea.
Casi todas las composiciones han surgido de una estructura propuesta por algún miembro de la banda, la cual se va lustrando o recortando, y en menor medida, la génesis de algunas otras ha sido de manera más natural, fluyendo en los ensayos. Esto es menos común pues por la naturaleza de su uso de destiempos y poliritmos, lo ideal es apegarse a una estructura. Por el lado de la voz, siempre ha de ser el elemento final junto con la letra que va adaptándose a sílabas, golpes y fraseos.
Vesubio Grabaciones, a cargo de Miguel Fraino
(Cardiel), fue el lugar donde se grabó Luz Devora. Las 12 canciones fueron
compuestas en 2 meses y la idea era grabarlas lo antes posible; por ser este
estudio el lugar donde ya se habían sentido cómodos al grabar
Átaxico y otros materiales, la decisión que evitaba cualquier margen de error, no fue difícil de tomar. Por otro lado, Miguel
es un buen amigo de la banda al que en
algún momento se le propuso la idea de producirlos, sin embargo, él ha
argumentado que prefiere que sean dueños de sus propias decisiones y de sus
canciones.
Un acontecimiento que ha sido importante en el desarrollo de Joliette y precisamente de este disco, fue la entrada de un nuevo baterista. En la separación con Gabriel, la preocupación principal era encontrar a alguien que llenara esos zapatos y fue Azael la única persona que pasaba por sus mentes; al invitarlo aceptó y hasta ahora ha sido una decisión que ha enriquecido a la banda al traer consigo un toque dinámico en las percusiones que ha permitido dar respiros a las canciones y ha transformado la manera de Joliette de aproximarse a la composición.
“…ya no somos esa banda 110% ruidosa e intensa todo el tiempo de inicio a fin y las cosas que hace él permiten que respire poquito más todo: los instrumentos y las dinámicas de las canciones (…) ha sido divertido venir de tocar algo súper mecánico, a tocar con alguien mucho más libre en ese sentido, y encontrar ese punto medio donde podemos seguir haciendo algo muy mecánico y muy exacto pero a la vez con mucha más dinámica“.
Todos estos elementos han llevado a la conclusión de que Luz Devora marca un momento muy especial en la historia de la agrupación. En definitiva no es un nuevo inicio pero sí una segunda etapa en la que se encuentran en comodidad con sus vidas, con quienes son y con lo que hacen como banda. Es un punto de seguridad con quiénes son y con cómo quieren hacer las cosas.
LOS ALCANCES DE LA AUTOGESTIÓN: UNA BANDA INDEPENDIENTE EXPLORANDO EL PLANETA
En primer momento Fernando me habló del inicio de su tour por la república presentando oficialmente Luz Devora, siendo León la primera fecha. Hizo evidente su emoción y cuenta que aunque ya ha tenido muy buena respuesta desde su lanzamiento, hay impaciencia por ver la reacción del público mexicano al experimentarlo en vivo, y aun cuando Argentina, Perú, Chile y Uruguay tuvieron la primicia (pues reciente a su publicación ellos salían de tour por Sudamérica), es emocionante tocar nuevas canciones y presentarlas ante un público nuevo.
Esta gira por Sudamérica fue un gran hallazgo pues a pesar de no tener expectativa alguna, se toparon inesperadamente con un público que ya escuchaba su música, anticipaba su visita y que al decir adiós pidieron su regreso. Todas estas reacciones los convencieron de que de ser posible volverán el próximo año o en un par de años. Agregado a esto, y al preguntarle por esas diferencias que pueden existir con el público mexicano, surgió que no es esta la diferencia destacable sino los foros, especialmente en Argentina y Chile, donde los hay mucho mejor acondicionados, enfocados en bandas pequeñas y medianas, y en los que la aproximación a la música se da de manera más respetuosa.

“La impresión que yo tengo aquí en México es que conseguir un lugar para hacer una tocada pequeña, es tocar como en un bar ¿sabes? O sea, con un sistema de audio bastante modesto. Digo, está bien, pero de ahí, el brinco a tocar en un foro con un buen sonido y todo, normalmente termina siendo en lugares muy grandes y de mucha más capacidad; lugares para 500 o 1,000 personas o mucho más. Algo que a una banda independiente como nosotros, que en el mejor de los casos llegaríamos a meter 300 personas, exagerando, nos termina quedando muy grande”.
De la misma manera quise indagar en su experiencia en otros países y la diferencia de contextos en los que una banda independiente se desarrolla; datos que mientras escuchaba me hacían pensar en todo aquello que faltaría en México para que la música independiente se desarrollara sin tantos obstáculos. El primer punto que Fernando hizo notar es que en EE. UU. existe una idea real de apoyar a las bandas y en especial las que se encuentran de tour, pues con interés o sin interés por su música, suelen comprar merch o pagar más por esta. Claro, es preciso comprender que el nivel de vida que allá se tiene, no hace esto del todo comparable con México.
Otro asunto es que hablar de escena o escenas en EE.UU. es hablar de algo de magnitudes inconmensurables pues hay miles de bandas que parece “salen de las alcantarillas”, pero que resultan muy buenas; desde gente muy joven hasta veteranos del punk que tienen un verdadero compromiso con la música y con continuar con lo que hacen. El asunto es que en ese país, y por su calidad de vida, puedes, tanto ejercer un oficio o profesión, como dedicarle mucho tiempo a tu proyecto sin sacrificar alguna de estas dos partes de tu vida.
“Una persona que tiene una banda aquí (México) no podría trabajar en un McDonalds o en un Burger King para subsistir, pagar sus cuentas y además solventar los gastos de la banda, y si tú en Estados Unidos trabajas en un McDonalds y te pagan 8 dls la hora, estas ganando más que el salarió mínimo en México.”
Un asunto más es que las personas están acostumbradas a ir a las tocadas y no sólo en un plan de diversión y cervezas de fin de semana, sino que de lunes a domingo hay algún show de alguna banda que está de tour y hay actividad todo el tiempo, aclarando que no es que en México no suceda, sino que la gestión se lleva de otra forma; por ejemplo, si una banda se presenta en un lunes o martes, la gente no duda en ir, porque en esos casos las bandas comienzan temprano y no resultan ser más de tres para que, precisamente, el evento termine alrededor de las 10 de la noche, la gente pueda ir a descansar y trabajar al día siguiente. ¡Habría mucho que aprender de esto!
Al tocar el tema de Europa, Fernando habló de que es el mejor trato que como músicos han recibido, refiriéndose a la hospitalidad y las atenciones, además de que percibió un sentido importante de unidad. Mencionó que por las dimensiones del continente, los países están más comprimidos y es fácil la movilidad de un país a otro en poco tiempo, lo que como banda te da oportunidad de llegar a más públicos distintos (que es lo que vuelve muy atractivo el hecho de tourear por allá).

A diferencia de EE.UU. la gente no suele acercarse a comprar mercancía de la banda a menos que tu proyecto los haya atraído realmente, sin embargo, esto se ve recompensado porque las garantías de los pagos fijos que te dan por tocar se ven cubiertas sin importar cuántas personas asistan al show o si este fue un fracaso. Lo que sucede es que en general existe un apoyo del gobierno hacia los organizadores, que logra que ellos tampoco pierden ingresos y pueden continuar haciendo su labor. Quizá no es absolutamente en todos los países europeos, pero al menos en los países de Europa central sí se goza de estos beneficios y por ello siempre tienen bandas de todas partes del mundo, activamente girando.
Pero claro, una vida de tour siempre trae algunos inconvenientes y seguramente te enteraste de lo que le sucedió a Joliette cuando de Canadá pasaron por la frontera de EE.UU. No ahondaremos en los hechos, pero sí haremos evidente una situación y es que Fernando nos explicó que si quieres tocar en Estados Unidos deberás sacar una visa exageradamente costosa que obstaculiza gestionar un tour dentro de los términos legales exigidos.
“En realidad es como un reflejo de lo inaccesible que es poder ir a tocar a Estados Unidos, por lo cual nosotros como muchísimas bandas más, y me atrevo a decir que la mayoría, van sin una visa de trabajo porque es carísimo y no hay manera de solventarlo. Además, el costo que tiene es anual y no hace sentido pagar por una visa de trabajo que te cuesta 5 mil dólares al año; no lo vas a recuperar y no lo vas a recuperar tocando hardcore, o sea, tocando gritos y tamborazos, y en español, además, en un país ajeno. No va a suceder ¿ya sabes? “
Pero el asunto verdaderamente importante de este hecho ha sido que gracias al apoyo de fans, amigos y bandas, no sólo de México sino de EE.UU. y Europa, lograron recolectar casi el doble de las donaciones que pretendían para poder volver al país.
“Dentro de todo lo malo fue un sentimiento increíble darse cuenta de que somos una banda chiquita ¿sabes?, pero que de alguna manera lo que hemos hecho sí significa algo para alguien y no sólo para la gente que nos escucha sino para gente que ha tocado con nosotros y para nuestros amigos; entonces pues sí, eso definitivamente fue lo mejor de todo (…) quiero pensar, a final de cuentas, que uno cosecha lo que siembra y que pues hemos hecho esto realmente por pura pasión, por amor a la música, a hacerlo, y claramente por el tipo de música que tocamos no es como que estamos intentando llenar el foro sol ¿verdad? (…) es un aprendizaje, pero sabemos que tenemos seguidores fieles y eso es el mejor sentimiento de todos”.

Desde mi perspectiva, Joliette es un ejemplo importante de una banda que ha trazado su camino de una manera significativa a través de la autogestión, y que por sus propios medios ha llegado a muchos oídos de muchas partes del planeta. Fernando me habló de que quizá esto de tourear por el mundo estaba visto para bandas más grandes, pero la realidad es que una banda independiente sí puede autogestionar una gira del tipo; sólo se trata de saber hasta qué punto se quiere llevar el proyecto, estando conscientes de que es muy similar a comenzar una empresa y tener claro que, quizá, por varios años vas a invertir y endeudarte, y que lo retribuido será para reinvertirlo en la banda, pues de otra forma no se pueden hacer planes a futuro para giras, mercancía, grabaciones y más elementos que la mantienen en movimiento.
Aunado a esto agrega que las bandas no solamente deben preocuparse por el registro de su obra, sino que deben ofrecer algo bueno en vivo, pues al final de cuentas lo más importante es lo que se dice de boca en boca, y si se llevan una buena impresión con tu show, lo compartirán con otros y se hará una cadena en la que poco a poco las personas se sentirán enganchadas con tu proyecto de manera vivencial.
“…yo creo que eso es a lo que las bandas le deben de apostar, o sea, primero que nada, antes de ofrecer una nueva grabación y un video súper bien producido y todo, pues que sepan que son buenos ejecutantes y que sepan que tienen algo bueno que ofrecer en vivo y apostarle mucho más a eso que a cualquier otra cosa”.
Joliette tiene una serie de alianzas con distintas disqueras en el mundo, que si bien pueden apoyar en la definición de fechas de sus giras, la principal finalidad es la producción del material físico; todo lo demás sigue siendo un trabajo de autogestión, y no es que la idea de pertenecer a una disquera esté descartada, la búsqueda de ello permanece y es atractiva siempre y cuando no deban ceder en ciertos aspectos de su obra, sin embargo, pertenecer a una no es la meta principal.
“…finalmente nosotros no hicimos una banda para que nos firmara una disquera, somos una banda para hacer canciones, grabar las canciones, sacar las canciones y ya, tocar en donde se pueda, así que esa sigue siendo la finalidad, entonces con o sin alguien pues lo vamos a seguir haciendo aunque nos endeudemos de aquí a que estemos muertos pero igual lo vamos a seguir haciendo.”
Y sin duda alguna, Joliette es un ejemplo de una banda que ha encontrado el camino para seguir dedicando sus energías a la música y buscando los caminos para difundirla, sin esperar a que una mano se extienda a su favor. ¿Los resultados? Ya lo vieron ustedes mismos.
Info sobre el tour en México:
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