Por Miguel Sánchez

27 de agosto del 2019
Existe una gran barrera mental dentro la gran mayoría de los músicos que he conocido; y es, la de conseguir un empleo, una carrera o una vida de verdad; porque la sociedad ha dictado que de la música, no se puede vivir. ¿Existe algo más triste, que no ser lo que quieres ser? Vivimos dentro de una realidad que es innegable y es que, vivir a través de la música hoy en día se ha vuelto complicado; pero no imposible. Es correcto seguir tus sueños, tus gustos más grandes. Pero es estrictamente necesario, estar centrado en ello, planearlo y sobre todo, tomar acciones para volverlo realidad.
¿Alguna vez se han dado cuenta, cuántas personas quisieron ser músicos y dedicarse a ello profesionalmente, sin conseguirlo? Muchos buscaron y encontraron su pasión en la música; se sintieron vivos a través de ella; supieron que eso era lo que querían ejercer, y no lo hicieron. Buscaron otros trabajos, terminaron otras carreras, vivieron otra vida que no era la de la música.
Lo que ocurre, es que los mismos músicos olvidamos que ésta es también una carrera profesional, y que debemos dedicarnos a ella de la misma forma en la que lo haríamos en cualquier otra. Aceptamos pagas muy bajas; en especie, por no mencionar directamente al alcohol; y en el peor de los casos, ni siquiera cobramos. El músico busca abrirse paso a través de todos los escenarios posibles para poder presentar su proyecto musical, sin importar el esfuerzo que implique para él poder estar presente. Y es aceptable; al final, todos queremos manifestarnos, expresarnos y compartir de alguna forma.
Pero hay algo tan importante que la gran mayoría tiende a ignorar. Y es que, hemos olvidado que todo proyecto merece una delicada planeación. Que todo proyecto debe tener establecidas metas de pequeños, medianos y largos plazos. Que todo proyecto debe tener establecidas estrategias, que generarán resultados, y que esos resultados deben medirse para generar retroalimentación; la retroalimentación, que servirá para eliminar las debilidades y engrandecer las fortalezas. Que todo proyecto sin importar cuál, merece una inversión económica, de tiempo y de alianzas. Que todo proyecto requiere de una preparación profesional y de estudio; de constancia y disciplina para poder ser llevado a cabo.
Sin embargo, muchos esperan que mágicamente, por presentarse en tantos escenarios de pronto y sin explicación estarán tocando en algún estadio; o que aparecerán en alguna cartelera junto a sus bandas favoritas, por el simple hecho de hacer presentación tras presentación. Hemos desmeritado tanto a la música profesionalmente, que el músico, al sentirse estancado y no ver el progreso esperado y rápido, la desmerita también; pensando que en realidad no obtendrá lo que necesita de ella, y decide vivir “una vida de verdad”.
Todo proyecto toma su tiempo, toda ejecución necesita de su propio ritmo, y todos avanzamos a una velocidad distinta. Pero eso no significa, que no se requiera profesionalismo al momento de realizarlo.
La motivación es muy importante, y escuchar discursos que nos provean de ella es muy válido y en ocasiones, necesario para comenzar. Pero es sólo eso, el comienzo. El verdadero camino está justo en el momento en el que se aterrizan las ideas y son llevadas a cabo; en el momento en el que son tomadas con la seriedad necesaria; en el momento en el que son visionadas y buscadas con técnicas y estrategias; en el momento en el que se les da el verdadero valor e importancia para ejecutarlas.
Podríamos hablar de mil y un cosas que ayudan poco a que un músico ejerza tal cuál como en otras profesiones; como la falta de interés del público, la falta de espacios para presentaciones, la falta de profesionalismo en algunos de esos espacios; la poca adquisición económica que se obtiene al ejercer esta profesión, y un sin fin de excusas y explicaciones que he escuchado. Pero no será hasta que el mismo músico empiece a darle el verdadero valor a su profesión, cuando el mundo comience a tomarla con la seriedad que se merece.
Si eres músico y lees esto, recuerda siempre: seguir adelante; seguir estudiando; seguir componiendo; seguir buscando; seguir persistiendo; pero sobre todo, seguir con el profesionalismo que la música merece y necesita.
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